domingo, 11 de mayo de 2008

Palabras prestadas...




A veces buscando en la red imagenes para poneros encuentro cosas bastante curiosas. Hace cosa de un mes o así, cuando mis ánimos andaban bastante por los suelos, buscaba palabras reconfortantes...y las encontré en un blog: "El viaje a ninguna parte" que tenéis ahí añadido. Pues bien, hace poco escribió un poema que quiero compartir con vosotros, no es el que yo encontre pero este tambien me gusto ^^:

El abrazo eterno.-

Átame con esas piernas
y no me des tregua,
porque yo no te la daré,
no me des paz
en toda la jodida noche.
Enrédame con tus brazos
y clávame las uñas
por toda la carne,
quiero sentir el dolor,
quiero sentir la fuerza
y el calor de tus muslos
aprisionando mi cuerpo.
Sentir tu leve
e insaciable jadeo
como eriza mi piel,
mientras mis manos
sostienen con fuerza
tu delicada cintura,
y busco con la lengua
tu boca entre abierta
por cada gemido
que llama a tu garganta.
Hundiéndome dentro de ti
hasta mas al fondo,
queriendo atravesarte
muy salvajemente,
tu espalda se arquea
con cada embestida,
sintiendo el placer
que recorre tu cuerpo,
una vez tras otra
¡no hay piedad!
El fuego que escondes
entre tus piernas
calienta mi cuerpo,
y eso lo sabes bien,
y saberlo te excita
aún mas de lo que estás,
y no quiero salir nunca
de donde ahora me encuentro,
quiero quedarme ahí
por siempre,
para siempre
y fundirme contigo
en este abrazo eterno.


No es que sea muy "reconfortante" que digamos, es mas bien estimulante. Pero a veces un simple abrazo sincero y cariñoso de una persona querida o amada es la mejor droga para trankilizar un alma en pena. Anoche yo recibí muchos!! Llevaba mucho mucho tiempo sin sentirme tan agusto, tan relajada, tan fluida,...Ciertamente si resultaba fácil, como bien me decías, solo tenia que salir de dentro. Anoche me quite muchos pesos de encima y conseguí volar...entre tus brazos!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por compartir mis palabras con tus lectores, un placer amiga. Nunca fui de escribir textos para dar ánimos, busco el romanticismo sin caer en la curselería, y un gusto también que me descubrieses... gracias a eso, te descubro yo a ti.

Hasta pronto.

Caminante.