jueves, 11 de septiembre de 2008

A callar...



"Muerto el perro, se acabo la rabia!"

He entrado hoy unas diez veces aki, quiero escribir, pero no se exactamente el que. Quizá si dejo que mis dedos vayan solos, que ellos hablen por mi, que ellos digan lo que mi boca calla. Pero no puedo, los retengo contra su voluntad, cuando van a salir los gritos de mi corazón, mi cabeza para mis manos. Es la razón contra el impulsivo deseo del corazón de decir que lo siento, cuando mi cabeza pregunta, ¿Por que te disculpas? Eres una estúpida que no ha hecho nada malo, salvo el hecho de ser una estúpida y disculparte cuando no debes. Es esa injusta autocritica, que me ciega y no me deja ver lo bueno que dice el resto que tengo. Es la fiereza con la que me valoro, cuando en realidad debería alzar a cabeza y decir "Ahí te quedes!". Hoy los que me apoyan me matarian si leyeran esto. Pero a la vez me entienden, no es fácil tragar con lo que he hecho, pero no voy a dar marcha atrás, por mucho que me duela, por mucho que me cueste...lo que pierdo es algo que se que no me va hacer ya nunca mas feliz, y no por que no pueda, o no sienta, sino por que no quiere, que es mas duro de escuchar aun. Pero es lo que hay, así que no me queda otra que tragar saliba, mirar al frente...y continuar mi camino. No voy a volver a mirar atrás, ya no puedo mas, es el instinto de supervivencia o morir de dolor. A pesar de decir lo que digo, mi corazón me pide, mil y una veces, que lo vuelva a pensar...Pero no, ya esta todo razonado, ya me lo han dejado todo claro, ¿que mas hay que razonar?¿Que tortura nueva seguir?¿Que hacer para que el golpe sea mas fuerte? Ya no juego mas con fuego, que ya me he quemado unas cuantas veces y no quiero arder. Ahora la frialdad de mi cabeza sera la que domine mis actos. Voy a callar a mi corazón durante un tiempo, hasta que me sienta de nuevo yo, hasta que sienta de nuevo la Priscy que llevo dentro...y puede que cuando ese día llegue, deje que mi corazón grite, pero espero estar acorde para saber consolarlo, ahora mismo no puedo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El dolor nos enseña la realidad... sucia, tormentosa, vertiginosa... desgarradora.
El dolor del alma es el peor de todos, nunca cura, aveces cicatriza, y ahí estará la poesía acechando, esperando ver esa cicatriz para acariciarla con la yema de sus dedos y recordar así lo que nunca volverá a ser lo que un día fue.

Pero lo mejor de todo, es el nuevo horizonte que se extiende ante tu mirar, aunque este se encuentre bañado en lágrimas.

Un abrazo.

Caminante.

Isaac León dijo...

Hola Princesa.
Ha pasado tiempo ya.
Verás... No quiero enredarme en discursos sin sentido que no llevan a ningun lugar, ni pretendo otra cosas que decirte lo que, hace un tiempo debí decir. Al igual que no espero ninguna respuesta ni tampoco que vuelvas la mirada al pasado, pero es una deuda que tengo contigo. Así que procuraré ser breve:
Te pido disculpas por no haber actuado y razonado sensatamente cuando, por lo menos, te lo merecías. Te pido disculpas por haber callado cuando debería haber abierto la boca y cerrar la de una tercera persona (Tube mis impedimentos, pero no me exenta de culpa). Te pido disculpas por haber mirado hacia otro lado cuando debía ver el follón en el que te metí con esa tercera persona. Te pido disculpas por lo que me haya olvidado de pedirlas. Pero te doy las gracias por, a pesar de 800Km, haber estado a mi lado durante esos cortos pero fantásticos meses que me diste y compartimos. Gracias por haber sido siempre tu misma ante mi. Por tu apoyo a pesar de la ruptura... Simplemente gracias. Te deseo, y de todo corazón, lo mejor para ti y los tuyos. Te lo mereces por ser como eres. No cambies nunca.

Un fuerte abrazo.